El maestro: entre la oscuridad y la luz. A propósito de la película «BLACK»

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Pedagógico

 

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El maestro: entre la oscuridad y la luz. A propósito de la Película BLACK¹

Michelle: «Tenías fe en mí, y yo tenía fe en mis alas”

Profesor. Sr. Debraj Sahai:

“La vida es como un helado, debe aprovecharse antes de que se derrita”

“Imposible fue una de las palabras que nunca les enseñé”

La veo por segunda vez, y aún me conmueve. Black, la película del director Sanjai Leela Bansali es alimento espiritual que desafía la práctica, ética y mística del maestro. En el artículo anterior dejé la puerta abierta para repensar la práctica pedagógica desde la configuración de un reto pedagógico, Black es sin duda alguna un ejemplo de ello. La historia gira en torno al impacto que puede llegar a tener un profesor en la vida de otro ser humano, pero ante todo es un llamado a la construcción de confianza, de esperanza, de lucha por una relación que proponga un sentido de vida más humano ante lo que aparentemente no tiene salida. Pero también, es una provocación para aprender a ver la diferencia no como carencia sino como potencia, no como amenaza sino como promesa.

Michelle hija de una familia acomodada, es ciega y sorda desde los dos años. A primera vista parece estar condenada a la oscuridad, a “vivir” presa de sus instintos en un mundo que no logra descifrar: grita, hace ruidos, come con la mano, se desespera, lanza cosas, se tira al suelo, y trata de huir de un mundo cruel que no le dice, que no le significa, que no le comunica. Un mundo para el cual ella parece ser una presencia-ausente. Michelle está desesperada. Parece estar condenada al fracaso, al sin-sentido.  Su ser representa el anhelo de cualquier ser humano: la sed de sentido, de significado, de propósito; quiere comprender, entrar en diálogo con el mundo que la rodea.

Una campana colgada a su cuello es su “identidad” dice su padre. “Ella se está asfixiando en su propia oscuridad”, afirma tajantemente su madre, quien se niega rotundamente a enviarla a un sanatorio por disposición del padre. “Michelle es sorda, no retrasada mental”, réplica la madre. Ante una realidad que duele, que causa miedo, que desconcierta, que ‘siempre nos desborda” aparece una luz en la oscuridad, un último recurso: el señor Debraj Sahai, un profesor retirado quien ante el miedo desesperado de sus padres exclama “¡Yo soy su última esperanza!”.

La última palabra no la tiene la oscuridad, o por lo menos la visión que se tiene de ella. En algún momento la oscuridad de Michelle cederá su paso a la luz. La oscuridad será otra forma de ver, de conocer, de hallar sentido, de comunicarse, ya que el señor Debraj comprendió que sin palabras Michelle no podría salir de la oscuridad”. En palabras de Michelle, el señor Debraj “escribió en mis manos respuestas a mis preguntas con palabras poco a poco bien deletreadas”: agua, hierba, flor, mamá, papá…. poco a poco cobran sentido en la oscuridad de Michelle. Por eso, el nuevo tutor dirá a los padres de Michelle: “estos dedos son los ojos del que no ve y la boca del que no habla”.

Pero, el asunto no termina ahí. A medida que Michelle avanza en la comprensión del mundo de la mano del señor Debraj, la enfermedad del olvido, el “alzheimer” se apodera progresivamente de su mentor. La luz progresiva de Michelle avanza a la par con la oscuridad progresiva de su maestro. Al final, la luz de Michelle ilumina por un instante la oscuridad de su maestro, a quien el día de su grado  dedica estás palabras:

“(…) al principio no quería ponerme éste traje negro porque mi mundo ya es negro. Muchas cosas estaban cambiando en mi mente, pero mi fracaso seguía igual, pero mi profesor me enseñó el nuevo significado del negro. Negro no es sólo oscuridad, es éxito, conocimiento, luz… es graduación. El nuevo alfabeto no comienza con A,B,C,D… sino con BLACK: Negro”.

 

Para finalizar, creo que Black, es ante todo el reflejo de nuestra condición humana frágil y vulnerable, que se mueve constantemente entre la luz y la oscuridad, y que sólo se puede sostener por el cuidado y  acompañamiento mutuo. Ojalá llegué el día, en que las relaciones en el aula, en el quehacer educativo se basen en la confianza, más que en la sospecha.

Por eso, estimada maestra, maestro te invito a observar, a dejarte tocar el corazón por una película que no te dejará indiferente, en fin a refrescar tu vocación de maestro, para pasar de ojos cerrados a ojos abiertos. De la campana de Michelle a la cadena del profesor Debraj en un hospital, todavía hay un mundo por aprehender, por descubrir, por experimentar.

Descargue aquí Maestro pelicula recomendada. Artículo 2 2017

Por Javier Peña Rodríguez

Asesor Pedagógico

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